La Prehistoria
Erase una vez cuatro jovenzuelos que planearon y ejecutaron una ruta motera por el norte de España, recorriendo Galicia, Asturias, Cantabria y las Vascongadas para volver por la zona norte de Castilla León.
El germen
En el 2008 José, Manel y Fran realizaron la primera escapada de más de un día. Alguno, previa petición del correspondiente permiso a la superioridad… Unos cabrones, me moría de envidia, luego cuando contaban el viaje babeaba y solo sabia pensar cuando podría hacerlo yo. Aquí acabo y que tomen el relevo los que hicieron esa escapada, la que dio origen a nuestro grupo y sobre todo la salida anual, en la que nos pasamos el resto del año soñando y a ratos planeando.
Continúa el proceso
La segunda salida, fue en el 2011 y en esta ya pude ir yo, el que no vino fue Fran. El viaje fue Coruña Avilés, aunque a mi me recogieron en Cervo de camino a nuestro destino. Disfruté como un enano, tanto en la ida como en la vuelta. Salvo el tema de las ráfagas, pues al ir en una Yamaha Majesty 400, los otros moteros con los que nos cruzábamos me ignoraban por completo. La noche en Avilés fue fantástica pues estaban en fiestas y había mucho ambiente, por cierto bebimos como si no hubiera un mañana. El hecho que tuviera ambiente, tuvo su parte al principio negativa y es que no había sitio donde dormir, lo que nos obligo a tener un plan alternativo… dormir en un cajero!!! Encontramos uno fantástico, enorme, todo acristalado y en el centro, vamos un chollo. Solo tenia un inconveniente y es que a José no le convencía la idea… Finalmente tuvimos suerte y conseguimos dos habitaciones, pudiendo dormir en un hotel para alivio de «la Señora».
La vuelta fue tan fantástica como la ida. Yo me quedé en Cervo y ellos siguieron camino a Coruña. Al día siguiente regresé a Coruña. Cuando iniciaba la curva de la antigua fabrica de armas en la entrada de Coruña, toqué ligeramente los frenos, pues venía deslizando la rueda trasera desde Vilaboa. Resultado: tremenda arrastrada para terminar el viaje, por suerte no rompió nada más que el pantalón y un poco uno de los zapatos. Eso sí, morados hasta en el alma y algunas cicatrices en mi máquina…
Cerdos salvajes en kilometro 0 de la N2, Chaves, Portugal
